Sin tetas no hay paraíso

La cantante Amaral, famosa en el mundo entero y parte del extranjero. ha decidido cantar con las tetas al aire.

Ella, muy suya, dice:
«A todas las mujeres nos han dicho que debemos tener cuidado con nuestros cuerpos, no mostrarlos demasiado o, si no, nadie creerá que nos han agredido. Pero tampoco ser demasiado recatadas. El eterno modelo imposible que siempre nos sitúa en la escala de putas o santas, donde debemos hacer malabares para encontrar la virtud del punto medio (spoiler: no existe).»
O sea que la señora Amaral, con 50 años, ha decidido “reivindicar la libertad de la mujer” sobre un escenario y cantando con las tetas al aire.
Hasta ahí todo muy bien, pero nada novedoso porque las mujeres llevan desde el año 1976 (fecha que por primera vez vi un top less, en la playa de Torremolinos) enseñando al público, sin pagar entrada, sus senos grandes, medianos o pequeños. O sea que novedoso, lo que se dice primicia en plan de enseñar las tetas en el escenario, lo tiene la cantante italiana Sabrina, cuando en pleno directo en la televisión española nos enseño sus hermosas tetas, en plan “ahí queda la cosa…” tanto fue el revuelo que se armó que se vendieron los videos de la actuación televisiva de la cantante por miles.
Hoy en día no es nada raro ver a las mujeres enseñando sus pechos, senos o tetas (como se las quiera llamar) en las playas y piscinas de todo el mundo, especialmente en España. Nadie se asusta por el hecho de que su mujer enseñe el tetumen a todo quisqui que quiera mirarla, es más va al chiringuito de la misma guisa, y su marido tan contento y ufano de tener una mujer “reivindicativa”.
Como era natural, apareció el Twitter de Pablo Iglesias alabando la “valentía” de la cantante Amaral y felicitándola por su “arrojo” al liderar la reivindicación feminista desde el escenario y al despelote libre,
No es de extrañar que, en un futuro cercano, las artistas “reivindiquen” el libre albedrío de las mujeres enseñando su precioso sexo.
De momento las casas de apuestas tendrán otra oferta para sus clientes: diámetro de los senos, forma de los pezones, firmeza, etc.
En realidad, la señora Amaral tiene otros objetivos más allá de sus “reivindicaciones” en pro de las libertades femeninas, que no es otro que un marketing ideado para que se hable de ella, o sea aquello de: “que se hable de mí, aunque sea bien…”
Una pena, porque Amaral con su voz no necesita de este tipo de espectáculos, todo sea dicho de paso los senos de la señora Amaral son espectaculares…